Gobernar desde la nube

http://www.elmundo.es/tecnologia/2014/08/08/53e46c4f268e3e9b588b456f.html

La imparable apuesta de Estonia por las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) se remonta a 1991 cuando esta pequeña república báltica obtuvo la independencia de la desaparecida Unión Soviética.

Desde entonces, el gobierno estonio ha sido pionero en el voto por Internet (2005) y a través del teléfono móvil (2008) y ha construido una e-administración tan avanzada que permite realizar todos los trámites necesarios para crear una empresa en menos de 20 minutos. Además, el país ha fomentado la creación de centros tecnológicos como Tehnopol, formado por más de 150 empresas, y ha sido cuna de muchas otras empresas tecnológicas, entre las que destaca la archiconocida Skype.

La piedra angular de la administración electrónica estonia reside en el X-Road, una capa de intercambio seguro de datos a través de Internet entre los distintos sistemas TIC del país. Precisamente, el empleo del X-Road ha motivado un incremento exponencial de la interconexión entre los sistemas de información nacionales, puesto que no sólo se ha limitado a la administración pública sino también al sector privado. En la actualidad, cerca de 180 bases de datos gubernamentales y privadas están conectadas a este sistema, lo que permite la prestación de cerca de 2.000 servicios distintos por parte de 900 organizaciones, tanto pública como privada.

La catedral ortodoxa de Aleksander Newsky en la colina de Toompea, en...

La catedral ortodoxa de Aleksander Newsky en la colina de Toompea, en Tallín EM

Sin embargo, esta misma interconectividad y nivel de apertura tecnológica que ha permitido a Estonia crecer como país, también ha incrementado sensiblemente su nivel de riesgo, tal y como pudo comprobar y sufrir el gobierno de Tallin durante los meses de abril y mayo de 2007 cuando muchos de los servicios ‘online’ proporcionados por actores públicos y privados estonios quedaron parcial o totalmente interrumpidos debido a un conjunto de ataques de denegación de servicios distribuidos (DDoS) supuestamente respaldados por Moscú.

A pesar de este elevado nivel de madurez tecnológica, Taavi Kotka, responsable de la seguridad de la información del gobierno de Tallin, aboga por crear embajadas de datos como pilar fundamental de la futura nube estatal estonia. Estas embajadas serán centros de datos -localizadas fundamentalmente en infraestructuras nacionales en el exterior, principalmente en embajadas físicas en las capitales de sus principales aliados y amigos, entre los que se barajan Reino Unido, Finlandia, los Países Bajos, Estados Unidos o Japón- que albergaran una réplica de los sistemas TIC y las bases de datos críticas necesarias para garantizar el funcionamiento del país en caso de invasión, ciberataque, desastre natural o cualquier otro tipo de contingencia.

La creciente amenaza rusa ha provocado que el gobierno estonio haya acelerado sus planes para la creación de las primerasembajadas de datos alrededor del mundo y en palabras del propio Taavi Kokta, por paradójicas que resulten, «Estonia necesita tener sus datos fuera de nuestras fronteras con el objeto de salvaguardar buena parte de nuestra soberanía». Para ello, el primer paso dado por el gobierno de Tallin ha sido clasificar la información del país en sensible y no sensible. Entre la información sensible – aquella que estará alojada en las embajadas de datos – se encuentran las bases de datos relacionadas con la hacienda pública, la seguridad social, el censo, los servicios judiciales, la sanidad o la seguridad y defensa, entre otras. Además, la información ‘no sensible’ se alojará en proveedores de servicios de computación en la nube comoAmazon, con los que el gobierno estonio firmará exigentes acuerdos relativos a la disponibilidad y resiliencia de los sistemas que dan soporte a esta información.

Sin embargo, lo que convierte a las embajadas de datos en algo revolucionario no es su vertiente técnica, sino el hecho de que sea un gobierno el que implemente esta solución, replicando buena parte de su información, incluida la sensible y clasificada, en diversas localizaciones físicas fuera del territorio nacional – ya sea en terceros países o en servidores privados – y con ello, cediendo parte de su soberanía.

No cabe duda de que Estonia dispone de unas condiciones muy favorables para la creación de las embajadas de datos como elemento central de su nube estatal, entre ellas un elevado nivel de madurez tecnológica y una población muy pequeña, apenas 1.3 millones de habitantes. Sin embargo, los enormes volúmenes de información contenidos, la complejidad técnica o el coste económico vinculado, así como los condicionantes políticos de cada estado, su sistema de alianzas, sus limitaciones legales y hasta incluso su estructura administrativa impiden que las embajadas de datos puedan ser aplicadas por todos los países y la mayoría de aquellos que lo consigan en el corto y medio plazo lo harán como centros de respaldo de las principales bases de datos del país (copias de seguridad) y no como componentes de una futura nube estatal.

Con independencia del caso estonio, lo que parece evidente es que las embajadas de datos añadirán una nueva variable a la política exterior de los países y supondrán un nuevo reto no sólo tecnológico, sino también para su seguridad y defensa.

AUTOR: Enrique Fojón Chamorro, subdirector de THIBER

Posted on 8 agosto, 2014 in Defensa, Seguridad

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