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Estonia y las nuevas tecnologías constituyen un binomio consolidado. La apuesta del gobierno de Tallin por las tecnologías de la información y las comunicaciones es clara y su avance imparable. El país dispone del e-gobierno más avanzado del mundo y ha sido pionero en servicios como el voto electrónico y mediante teléfono móvil, la creación de empresas a través de Internet o la creación deembajadas de datos a lo largo y ancho del mundo con el objeto de mantener la e-administración estonia en funcionamiento en caso de cualquier contingencia, ya sea invasión, ciberataque o desastre natural.
En su afán por innovar y avanzar en el gobierno digital y exportarlo al resto del mundo, esta pequeña republica báltica ha anunciado que cualquier ciudadano del mundo podrá solicitar una identidad digital expedida por el gobierno de Tallin, creando así el concepto de residente digital o e-residente. Esta residencia digital no implicará que su titular obtenga el permiso de residencia ni tampoco ningún derecho de ciudadanía. Además, la tarjeta de e-residente no será ni un pasaporte ni tampoco una tarjeta de identificación física, entre otras cosas porque ésta no llevará ninguna fotografía del titular.
El gobierno estonio ha pensado en la e-residencia para facilitar la integración de todas aquellas personas que tengan alguna relación con Estonia, ya bien sea por negocios, estudios, trabajo o turismo. En definitiva, cualquier persona del mundo que se identifique con la ‘vida digital’ estonia podrá solicitar su tarjeta de e-residente y adquirir la condición de e-estonio.
Obviamente, adquirir la condición de e-estonio no será un proceso sencillo ni gratuito. Previo pago de 50 euros, cualquier ciudadano del mundo podrá solicitar la e-residencia en cualquier comisaria de la policía nacional o la policía de fronteras de Estonia – se espera que a finales de 2015 esta solicitud se pueda llevar a cabo en las embajadas estonias de todo el mundo – y rellenar una solicitud en la que el interesado deberá proporcionar algunos datos biométricos, en concreto rasgos faciales y huella dactilar, que serán utilizados para hacer un pormenorizado estudio del peticionario que se podrá demorar hasta 2 semanas.
Del mismo modo, la e-residencia pretende ser un potenciador de la marca Estonia, un país moderno que vive por y para las nuevas tecnologías. La e-residencia favorecerá que Estonia se consolide como hub tecnológico europeo, incrementando así su peso económico y su influencia política dentro de la Unión Europea. Además, este tipo de iniciativas también suponen una original manera de liberalizar la economía europea y potenciar su competitividad tanto a nivel regional como global.
Aunque la Unión Europea y varios de sus estados miembros llevan años estudiando e intentando replicar el modelo de gobierno digital estonio, el resultado de estos esfuerzos no es el absoluto satisfactorio. Y es que tanto Bruselas como nuestros vecinos parecen haber obviado que en Estonia se han dado unas condiciones óptimas para que ésta se convierta en la primera e-nación del mundo: su situación geográfica y realidad geopolítica, su pequeña población, la integración de su sistema administrativo y un conjunto de políticas inclusivas que han creado un entorno propicio para la integración política, social y económica a todos los niveles de la administración.
En definitiva, todavía queda mucho trabajo por hacer si los países europeos o la Unión Europea pretenden convertirse en e-estados. De momento, podemos experimentar sus ventajas solicitando ser e-estonios.
AUTOR: Enrique Fojón Chamorro es subdirector de THIBER, the cybersecurity think tank.
